Parecido a los Mirlos y a los Estorninos, pero teñidos de un brillante tono azulado - sólo en los machos - los Roqueros solitarios, (Monticola solitarius), demuestran una actitud mucho más esquiva y arisca que sus familiares. Con frecuencia, permanecen entre los riscos más altos desde donde vigilan con cuidado nuestros pasos, saltando indefectiblemente tras nuestro avance, a otra atalaya poco más alejada desde donde continuarán observándonos.
Recuerdo que cenando plácidamente, en la preciosa plaza de Cazorla, algunos Roqueros volaban de un lado a otro entre los altos peñones que bordean el lugar. Allí estaban viendo a la gente deambular de un lado a otro, mientras ellos, en lo más alto, continuaban como lo que son: ariscos y huidizos como Roqueros Solitarios.
Recuerdo que cenando plácidamente, en la preciosa plaza de Cazorla, algunos Roqueros volaban de un lado a otro entre los altos peñones que bordean el lugar. Allí estaban viendo a la gente deambular de un lado a otro, mientras ellos, en lo más alto, continuaban como lo que son: ariscos y huidizos como Roqueros Solitarios.
8 comentarios:
Rencontre heureuse, bel oiseau, très sobre,
inconnu pour nous!
...os observaban como tú sin saberlo a ellos... Precioso tinte azul!
Besos
Benita
¡Condenados bichos! Mientras tú vas con la lengua fuera subiendo hasta la siguiente peña ellos echan su vuelecito hasta la siguiente para esperarte y verte sufrir.
¡Qué bonitos son y qué alegría da verlos!
Merci Monique et Daniel de votre message. C´est vrai que c´est un très oiseau, sûrtout, par la couleur bleue si interessante qu´il en a.
Amitiées.
¿Verdad que son chulos Benita?
Besos.
Cierto es Jesús y por desgracia, al menos por estos lares, muy poco comunes.
Abrazos.
Jejejej, me rio del comentario de Jesús.
Qué bonito es!
Pero ¡cuanto aprendo! Al verlos aquí conozco cada "volador" que llega hasta mi jardín, porque eso sí, si yo tengo que hacerles fotos, en vez de eso se me largan sin esperar a razones.
Abrazos, se me olvidaba, hace poco vinieron unos amigos de capital y se paraban en mi desnudo árbol, algunos ejemplares, me preguntaron ¿como los reconoces? contestación mía, paseando de la mano de Anzaga, les di la dirección de tu página.
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