Esta semana, en uno de mis paseos he encontrado una pareja de urracas (Pica pica) que habita cerca del río Bañuelos (Ciudad Real), con el pico abierto por el agotamiento al que las somete su prole de adopción y claro está, por el sofocante calor de las fechas en que nos encontramos. Allí andaban ellas, posadas sobre las alambradas que separan los sembrados de cereales, aún por cosechar y el ganado vacuno.
Un año más, y pese a la severa vigilancia y defensa que hicieron de su territorio, han vuelto a ser engañadas por esos “malos padres” que son los críalos (Clamator glandarius). Los críalos y los cucos, conviene recordar, depositan sus huevos en nidos ajenos, esperando que otras especies les saquen su prole adelante.
Según he podido leer, el tanto por ciento de nidos de urraca que es parasitado por los críalos es bastante elevado, y aunque estos días he visto como las urracas depredaban sobre los pollitos de focha y los patitos, en el fondo daba algo de pena ver el espectáculo de los polluelos de críalo gritar de esa forma tan escandalosa, para que las urracas esclavizadas vinieran a alimentarlos.
Era en el mes de marzo, cuando aparecieron los críalos por los campos aún cubiertos de escarcha. Con su llegada, empezó la lucha de estrategia que se repite cada primavera. Urracas “nerviosas” persiguiendo de un lado a otro a los usurpadores críalos, mientras estos, parece que se divierten con la situación, soltando una y otra vez esa carcajada repetitiva que caracteriza su canto.
La estrategia está clara, uno de los críalos entretiene a las urracas (el macho), mientras la hembra deposita con rapidez uno o varios de sus huevos. La evolución también ayuda a los invasores, los huevos de críalo eclosionan mucho más rápido que los de la urraca y los polluelos son mucho más voraces y competitivos, por lo que los polluelos de urraca, sencillamente suelen morir de hambre.
8 comentarios:
Conocía de la cuca costumbre, pero no así la del críalo. La primera vez que escucho su nombre.
Ni se me hubiera ocurrido pensar que un nido de urraca es también parasitado. Ahora me explico (en serio) como una vez vi a un polluelo gritando entre rastrojos, y al ir a ver, vi que no se parecía a su urraca madre, quien protestaba sobre un árbol por mi invasión.
Vivir para ver.
Tu entrada me ha recordado a la fotografía de un excepcional fotógrafo de naturaleza (a mí me tiene anonadada), por si quieres echarle un vistazo:
http://www.miradanatural.es/fotousuario.php?id=14190&galeria=554
Un saludo!!
Así es "Le Mosquito", justo así los encontré el otro día, varios polluelos de críalo gritando como desesperados por obtener más comida, y la urraca ciega por su instinto de madre... Para que luego digan que no nos parecemos a los animales. ¡Cuanto críalo tiene engañado a sus padres!... ¿verdad? ;-)
Impresionante Mamen la fotografía... Cuco y Críalo comparten los mismo hábitos, pero en esta magnífica fotografía que me muestras la realidad tiene un matiz mayor de "injusticia"...¿no crees?. La pequeña totovía que podría ser tragada por "su hijo", un cuco...
Saludos
Una entrada estupedamente documentada...
Saludos
Hace tiempo que ando detrás de unos córvidos, únicos en un pueblo de Cádiz. Espero poder fotografiarlos para publicar una entrada que se titulará "Cría cuervos y... te alegrarán la vista".
Hola paisano "Le Mosquito".
Andaré pendiente, como hago, de tus entradas para descubrir esos "córvidos únicos"...
Impresionante post, que da qué pensar sobre la proliferación de las urracas incluso a pesar de lo perseguidas que son en los cotos de caza y de este parásito específico de sus nidos. No es extraño que cada vez se vean más críalos por mi zona, ¡cada vez se ven más urracas! ¿Podrá el críalo mantenerlas a raya? ¿O le dispararán los cazadores por si come huevos o por si es una "urraca rara"? Mis felicitaciones, Anzaga.
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