En estos días de primavera, en las jornadas de anillamiento, son numerosos los papamoscas grises y cerrojillo que caen en las redes. Sin embargo, no es tan fácil verlos a simple vista en una sesión de pajareo. Llegan con mucha prisa y prefieren no ser detectados, están deseando llegar a sus zonas de anidamiento. Ahora, no es como en el final del verano, cuando se les ve por todas partes, piando, lazándose una y otra vez para cazar los pequeños insectos. – En la imagen, un papamoscas gris (Muscicapa striata), bien oculto entre las ramas, captado ayer mismo en el Paraje Natural de la desembocadura del río Guadalhorce (Málaga).
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