Hace ya casi diez años de mi viaje por tierras argentinas, y aún no le había dedicado una entrada en este cuaderno de naturaleza y viajes a lo que realmente más me gustó, las cataratas de Iguazú. Es cierto, que sí hablé de ellas pero solo de la parte brasileña. En realidad, Argentina cuenta con más del ochenta por ciento de los saltos de agua y del espacio visitable de este lugar único en el mundo. Las cataratas de Iguazú forman parte de los siete maravillas naturales del mundo.
Recuerdo que mi primera reacción, mucho antes de ver siquiera el primer salto de agua, fue que debía ir muy, muy despacio, para asimilar todo lo que estaba a mi alrededor. Miles de plantas, insectos, lepidópteros de variadas y formás y colores y la posibilidad de ver más de 450 tipos de aves. Recuerdo que la agente iba apresurada, ansiosa de llegar a las grandes cascada y yo apenas había avanzado unos pocos pasos extasiado con toda la biodiversidad que veían mis ojos.
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