Una de las aves que tenía más ganas de ver
en mi pasado viaje a Estambul (Turquía) era la cotorra alejandrina,
Psittacula eupatria, que se atribuya al propio Alejandro Magno
su introducción desde Asia hasta algunos enclaves de Europa. En Estambul no
podían haber elegido mejor lugar para nidificar que la Gran Mezquita de Santa
Sofía.
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