Hace unos días he visitado,
por primera vez, la capital de Galicia, Santiago de Compostela.
Todo el mundo me había comentado que me encantaría, pero una vez allí, la
verdad es que me sorprendió para mejor. Me encantó el casco antiguo cargado de
edificios históricos, su monumentalidad y lo mimada que está la ciudad. Ir a Santiago
conlleva, sí o sí, pasar días grises, comer buen pescado, algo de marisco y
tomar un buen vino gallego.
Desde el Monte do Gozo
hasta el centro de la ciudad no podía quitarme de la cabeza, y canturrear a mi
forma, los versos de Lorca con voz de Luar na lubre “chove
en Santiago”. Mientras, una lluvia fina caía sobre las espaldas de los agotados
peregrinos que recorrían los últimos kilómetros dirección a la Plaza del
Obradoiro.
1 comentario:
Enjoyed my visit to your blog today. Church architecture is always so ornate, must be of my long ago schooling!
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