jueves, 6 de enero de 2022

Un carbonero común llegó a mi mesa.

 

Esta mañana helada de principios del 22, me ha permitido, pese al frío, dar un agradable paseo por la Casa de Campo de Madrid. No termino de asombrarme de la suerte que tienen los madrileños a la hora de disfrutar de tantos espacios verdes, tan necesarios en el nuevo concepto de urbanismo del S. XXI, donde la ciudad, poco a poco, se mimetiza con el paisaje.

Sentado con mi café, frente al lago, además de las insaciables palomas y de algunos gorriones, un carbonero común se ha sentado a la mesa con ganas de compartir mi tostada de pan con tomate. Una pena la falta de luz que no me ha dejado disfrutar de los preciosos ojos de tan ilustre comensal…


No hay comentarios:

**** " NO SE PUEDE CONSERVAR AQUELLO QUE NO SE CONOCE " ****