Puestos a visitar esta maravilla del mundo, hay que
dedicarles el tiempo mínimo a cada zona. Si el lado argentino, según mi
opinión, requiere mínimo de dos días (existe una reducción en la entrada por el
segundo día), el lado brasileño, con una jornada es suficiente, dado que hay
menos rutas a pie. Si nos alojamos en Puerto
Iguazú (Argentina), cada hora
salen de la terminal, buses que cruzan la frontera hacia Foz de Iguazú y te llevan hasta la entrada del parque brasileño.
Mucho se ha hablado de cuál de los dos parques es
el mejor, el brasileño o el argentino, para mí, son como las dos caras de una
misma moneda. Impactantes los dos. En el lado brasileño, desde el lugar en que se
compran las entradas, unos buses te acercan directamente a la zona de las
cascadas por lo que para mí, que miro detrás de cada hoja, rama o piedra
buscando animalitos, me deja con ganas de algo más, que el lado argentino sí te da,
mostrándote la rica biodiversidad que vive en esta maravilla natural del mundo.
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