Hoy el
calor pegaba de lo lindo en Ronda (Málaga) y las chovas
piquirrojas se asían fuertemente con las garras a la pared vertical del
conocido Tajo. No podían faltar
estas aves en este lugar lleno de acantilados. En los momentos de máxima calor
se deslizaban junto con las palomas al chorro de agua que aún corre pese a los
meses de sequía bajo el increíble Puente
Nuevo.
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