domingo, 10 de mayo de 2015

Ruiseñor común; Luscinia megarhynchos.


Desde que llegaron de sus cuarteles de invernada en África, los ruiseñores comunes, Luscinia megarhynchos, no han parado de cantar, escondidos entre los álamos, los chopos o los tarayes. Siempre en zonas con cierta humedad.



En el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, su melodioso canto está presente en cada rincón. No son los únicos paseriformes, ni mucho menos, en estos días de inicios de mayo, en plena primavera, además de los  ruiseñores comunes, también podemos oír o ver el otro ruiseñor, el bastardo,  y no faltan los carriceros,  los bigotudos, los pájaros moscones, las buscarlas o los carricerines.

2 comentarios:

Teresa dijo...

Y que bien cantan. Besitos y buen domingo.

Ángel Zamora dijo...

Eso si... y además nunca se cansan...

Saludos.

**** " NO SE PUEDE CONSERVAR AQUELLO QUE NO SE CONOCE " ****