Desde hace años vengo viendo en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel,
zorros que parecen haber perdido
todo temor hacia los hombres. Hoy, al atardecer, indiferente entre los turistas
he visto esta zorra andar de un lado
a otro, incansable. La he seguido, y he visto como escarbaba recuperando una
focha muerta oculta entre uno de los viejos tarayes de la Isla del Pan.
Inmediatamente, cargada como iba, se ha puesto a
correr con velocidad haciendo que algunos visitantes se apartaran asustados de
la pobre zorra, que no quería otra
cosa que alimentar a sus cachorros, su gran secreto, ahora descubierto. Los
afortunados turistas se han quedado encantados del espectáculo vivido. Algunos de
ellos ni eran capaces de identificar el extraño y sucio perrito, según decían…
Al pasar por mi lado, he comprobado la cantidad de garrapatas, bien gordas, que tenía agarradas
la pobre zorra. No quiero pensar el verano que le espera con tanto parásito,
los cachorros y el calor insoportable de la zona… - Esperemos que tengan suerte…
No hay comentarios:
Publicar un comentario