Aunque durante el día sigamos llegando a los treinta grados, durante las noches, ya se nota, que algunos grados han bajado en las últimas jornadas. Es esta entrada de otoño un tanto peculiar. La falta de lluvia, tan necesaria tras los largos meses de estío, vuelve a ser la tónica habitual. Esperemos que la abundancia de agua en estos dos pasados años no sea la excepción. Sin quererlo, me he ido acostumbrando a tener luego espectaculares primaveras– Mientras tanto, las aves migratorias siguen sus ritmos naturales, y en estos días no dejan de verse las Tarabillas Norteñas y las Collalbas Grises, como esta de la fotografía, que andaba salta que te salta entre el pasto reseco de un erial.
2 comentarios:
Han debido echar en falta también las hormigas aladas, su alimento favorito...pero que sin lluvia a penas emergen de los hormigueros. Un saludo!
Hey Anzaga!
Me acuerdo de tus relatos de cómo se ha modificado el paisaje y la consabida vida natural de tú región luego de éstos últimos años de lluvias intensas. Así que esperamos que éste año se vuelva a repetir para seguir disfrutando de tus relatos e imágenes...
Un abrazo!
Publicar un comentario