En conmemoración del centenario del nacimiento del gran poeta Miguel Hernández he decidido rescatar parte de un cuento inconcluso denominado: “El Gorrión y el Prisionero”:
“Los gorriones son los niños del aire, la chiquillería de los arrabales, plazas y plazuelas del espacio. Son el pueblo pobre, la masa trabajadora que ha de resolver a diario de un modo heroico el problema de la existencia. Su lucha por existir en la luz, por llenar de píos y revuelos el silencio torvo del mundo, es una lucha alegre, decidida, irrenunciable”…
El Gorrión Común (Passer domesticus) decidió, desde tiempos muy remotos, compartir su camino en unión con las distintas actividades que ha venido desarrollando nuestra especie. En algún momento debió establecerse algún tipo de lazo por el cual, dónde había vida humana, el Gorrión Común encontraba las condiciones necesarias para medrar. Pero el hombre, cambia vertiginosamente todas sus reglas, modos y costumbres. Quizá demasiado rápido, para que especies como los gorriones sigan teniendo un hueco siquiera en nuestros parques para seguir siendo: “los niños del aire”.
Desde hace 30 años ornitólogos de distintos países vienen observando cómo los Gorriones Comunes van desapareciendo progresivamente de nuestro entorno. En ciudades como Londres o Praga ha pasado a ser una especie prácticamente extinguida. Se estima que en ciudades como Madrid cada año hay 14.000 parejas menos.
“El frío atemorizaba los campos. Sólo su valentía de gorrión se atreve con el invierno. Las otras aves rehúyen los malos tratos del diciembre y el enero, emigran a los países de primavera y verano constantes. Sólo el gorrión permanece ante los duros tiempos”… (Miguel Hernández).
Desde hace 30 años ornitólogos de distintos países vienen observando cómo los Gorriones Comunes van desapareciendo progresivamente de nuestro entorno. En ciudades como Londres o Praga ha pasado a ser una especie prácticamente extinguida. Se estima que en ciudades como Madrid cada año hay 14.000 parejas menos.
“El frío atemorizaba los campos. Sólo su valentía de gorrión se atreve con el invierno. Las otras aves rehúyen los malos tratos del diciembre y el enero, emigran a los países de primavera y verano constantes. Sólo el gorrión permanece ante los duros tiempos”… (Miguel Hernández).
13 comentarios:
Humildes, inteligentes, expresivos... son una maravilla de la Naturaleza.
Nada de exotismos, para eso otros, le gusta volar bajito... como un gorrion.
Preciosas,
No me extraña la merma poblacional de este pájaro tan carismático. Las edificaciones actuales, son tan herméticas como los tarros de conserva, y la cada vez más abundante humatera de los vehículos por muy eclógicos que sean, intoxican con sus malos humos a nuestros pobres gorriones.
Parece mentira.
Saludos.
¡Cuánta poesía contiene esta entrada!Como la propia vida de Miguel Hernández. La fuerza expresiva de su lenguaje va en paralelo con la de las imágenes que has ensartado, auténticos poemas...
Benita
Miguel Hernández fue un gorrión de la vida dura y uno de sus mejores poetas.
De Miguel Hernández y de los gorriones hay mucho que aprender, pero me quedo con su humildad...y el vacío que dejan cuando ya no están.
Saludos.
Qué bonita entrada. Me tiene preocupada a mí el tema de los gorriones, dicen que en España también han disminuído no sé cuantos miles. Es muchísimo. Muchos caen por la competencia de las palomas bravías que cada vez abundan más (o eso me parece) y de nuevas introducciones en nuestro país como la ya omnipresente tórtola turca.
Me dolería mucho perder a estos pequeños de vista. Cuánta razón tiene Miguel Hernández en esas palabras tan hermosas que escribió.
Saludos Anzaga!
Cada vez se ven menos gorriones, por los pueblos castellanos.
Un abrazo
el lio de Abi
Cuando comencé a poner nidos y comederos en mi jardín despotricaba de que solo los gorriones acudieran, ahora me lo pienso mejor, que sigan, al menos ellos.
Pero mucho me temo que lo de las ciudades y los gorriones sea la punta del iceberg de lo que pasa en el campo con pájaros, saltamontes, escarabajos, mariposas, ... y tantas y tantas criaturas.
Sí, nuestras ciudades, están perdiendo poesía a la vez que los gorriones, calidad de vida, aunque intenten vendernos lo contrario.
Una maravilla. Por mi ciudad, Rosario, los hay por todos lados.
Saludos cordiales
Elisa, Argentina
Geniales esas fotos Anzaga!! Hace poco leí también lo que comentas, que en algunos paises han bajado mucho sus poblaciones, llegando incluso al borde de la extinción. Esperemos que se pueda recuperar este popular y entrañable pajarillo!!
Saludos
Siempre nos han acompañado, siempre han estado ahí, de niño los cazé con las carabinas de aire comprimido, tambien maté alguno con cepos..., hasta que dejé de hacerlo, hasta que empecé a disfrutar de su contemplación..., y quizás el aprendizaje sea ese, el de contemplarlos sin mas, el de contemplar lo que nos rodea mas allá de las urbes.
Un abrazo, Anzaga.
Esperemos que sepan mantenerse y que sigan mucho tiempo más entre nosotros, a nuestras ciudades les faltaría su alegría.
preciosísimo el fragmento de Hernández¡¡¡
no lo conocía y me parece una imagen poética muy acertada¡¡¡ los gorriones como la chiquillería del espacio aéreo... con ese escándalo, ese revuelo que arman las pandillas...
y también, como los niños, son los que más se acercan, los más confiados¡¡
saludos
Curioso, lo que pasa con los gorriones. Yo supongo que es una mezcla de disponibilidad de comida y competencia. Por el Sureste aún se defiende, pero recuerdo el estupor de no ver ninguno en Londres, por ejemplo. Sí que había palomas ¡torcaces! en los jardines, mirlos, zorzales, acentores, pero ni un solo gorrión.
Abrazos
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