En estos
días de principios de agosto he tenido la oportunidad de volver al Parque
Nacional de las Tablas de Daimiel para disfrutar del buen aspecto general de
este espacio protegido gracias a las abundantes lluvias de este año y, sobre
todo, por los aportes extras procedentes del acuífero.
Cuando ya me disponía a irme, un gran grupo de cigüeñas blancas llamó mi atención. Poco a poco, se fueron uniendo más y más cigüeñas hasta formar un gigantesco grupo que perfectamente podría alcanzar los mil individuos. Pasaron largo tiempo cicleando a gran altura, hasta que finalmente, una buena parte del grupo enfiló camino al sur…
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