Recién de llegado de un viaje cultural por Jordania
e Israel, como en otras ocasiones, me he tenido que contentar con hacer
alguna foto ocasional de las aves del camino.
Más allá de los grandes grupos de cigüeñas blancas que
sobrevolaban el autobús turístico en su paso migratorio hacia el sur, no he
apreciado ni una abundante, ni variada, riqueza ornitológica. Solo en los
lugares con cierta humedad se concentraban unas pocas especies, como es el caso
de los confiados estorninos de Tristram, Onychognathus tristramii,
que se acercan confiados a los restaurantes de Wadi Run (Jordania).
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