Tras largas horas de viaje en autobús por el Parque
Nacional de Salinas y Aguada Blanca de Perú,
con una altura media de 4000 metros, al fin llegó el momento de realizar una
parada en una pequeña área de avituallamiento. Con la infusión de coca en una
mano y un pequeño tentempié en la otra, me puse a investigar entre el terreno
seco y aparentemente sin demasiada vida todo aquello que llamara mi atención.
Sin embargo, no fue necesario mucho tiempo, para
descubrir, corre que te corre, al pequeño canastero
pálido, Asthenes modesta, ocultándose
incansablemente de un lado a otro y siempre reacio a alzar el vuelo.
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