Durante
varios años al final de la primavera, cuando todos los visitantes del Parque Nacional de las Tablas
de Daimiel se habían ido, llegado el crepúsculo, aparecía de entre el
bosque de tarayes, en la conocida Isla
del Pan, una pareja de búhos chicos,
Asio otus, volando a baja altura,
dando continuas pasadas de un lado a otro.
Recuerdo incluso, que algunos de los años, la
nidada era tan visible a los ojos de los turistas que era frecuente verlos aún “volandones” rodeados de cámaras de
fotos. Según dicen las guías de aves, el búho
chico es una especie habitual, aunque eso sí, por lo general, bastante
discreta…
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