Volví a pasar bajo el
minarete de la mezquita donde una pareja de halcones peregrinos han construido
su nido en la ciudad marroquí de Rabat.
Además de los esperados restos de palomas
domésticas, encontré un cuco muerto y como el críalo de semanas anteriores intacto. Una
tórtola europea por aquí, una codorniz por allá y un zampullín chico también
intacto. Se ve que estos halcones peregrinos son exigentes a la hora de
alimentarse…
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