La pasada madrugada no fue de las más calmadas que digamos, y es que a la habitual llamada a la oración de los imanes en la noche tangerina, les salió un pequeño competidor en forma de incansable pollito.
Y es que los pequeños Escribanos Saharianos, Emberiza sahari, ya han abandonado el nido, y aquí, el pequeñín se adueñó de la encimera de mi cocina, que utilizó alegremente como sala de recitales... Ni abriendo puertas y ventanas se dio por aludido, hasta que bien entrada la mañana, cambió con un pequeño vuelo mi microondas por la antena parabólica del vecino.
3 comentarios:
¡Qué gracioso!
Benita
No le entendías, pero seguro que será su propia oración de agradecimiento a la vida.
Saludos
El año pasado en Marrakech, en febrero,era el pájaro que canturreaba todas las mañanas en los jardines donde me alojaba. Era un pájaro que no conocía pero ese toque azulado en la cabeza no se me olvidará. Que sepas, que hasta en Marruecos los pájaros pasan a saludarte cuando se enteran que estás por allí. Me lo ha dicho un pajarito, jejej
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