Suele decirse y además es verdad, que nunca llueve
a gusto de todos. Si para los anfibios
estas lluvias de finales de septiembre, pese a los muchos atropellamientos, han
sido como un milagro, los Aviones Comunes,
Delichon urbicum, han sufrido la
suerte contraria, y ahora cuentan con muchas bajas tras dos días ininterrumpidos
de aguacero en los que les ha sido imposible alimentarse.
Al principio he pensado que estos Aviones Comunes muertos eran polluelos
tardíos a los que sus padres habrían abandonado. - Mi sorpresa ha sido
mayúscula al ver que toda la calle estaba llena de centenares de pequeños
cuerpecillos arrollados por el agua. Otros tantos, medio moribundos, se
resguardaban en las esquinas esperando un más que improbable golpe de suerte
que les permitiera alzar el vuelo.
Aún se pueden ver muchos miembros de la familia Hirundinidae,
formada por Golondrinas y Aviones, rondar por ciudades y campos. –
El grueso del grupo de estos que quedan, se ha concentrado por miles en
determinadas zonas lacustres y pantanosas donde aún es posible encontrar
alimento. Se pueden ver además de Aviones
Comunes; Zapadores, Golondrinas Dáuricas y Golondrinas Comunes. - La mayoría son
juveniles de este año, y esperemos que para la mayor parte de los que aún
siguen por aquí, aún no sea demasiado tarde para continuar el gran viaje migratorio.
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