Según cuentan, Hitler durante la Segunda Guerra mundial utilizaba la tinta de los Coprinus Comatus, Seta Barbuda, para escribir sus cartas. Los destinatarios debían mirar al microscopio la firma y comprobar que allí estaban presentes las esporas de la Comatus para así dar autenticidad a la firma del dictador. – Los que se atreven a hincarle el diente: comentan que se trata de un bocado excelente, aunque es preciso consumirlas de inmediato.
2 comentarios:
Es muy bonita, gracias por compartirla y por contar algo sobre ella. Saludos
Gracias Lola, de eso se trata de ir descubriendo lo que uno encuentra...
Saludos.
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