A finales de marzo aún la tierra estaba encharcada, es más, yo diría que en este pasado mes de marzo del 2010 la tierra tenía tanta agua, que ya no podía absorber ni una gota más del líquido elemento. Con la aparición de los primeros signos de calor se aceleraron todos los ciclos naturales y entre las hierbas que empezaban a despuntar se entreveían estas pequeñas flores que emergen directamente del suelo, hablamos de la Romulea bulbocodium.
Pequeñas florecillas vestidas de amarillo y púrpura jalonaban entonces el borde de muchos caminos. Con la llegada de cielos más azules y el resurgir como tal de la primavera, las Romuleas fueron despareciendo como tragadas por la tierra de la que habían surgido (no sin dejar antes múltiples semillas). Hoy he decido rescatarlas de entre los archivos de mi ordenador y así, de alguna manera, volver a darles vida…
2 comentarios:
vaya ritmo que has cogido, manchego¡¡¡
mira que te encuentras preciosidades por el suelo (y por el cielo...)
gracias por "revivirnos" la primavera¡¡
besos
¿Verdad que son chulas Pilar?... lástima que estas preciosidades tan sólo duren unas pocas semanas en nuestros campos...
Besos.
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