No puede ser. Primero de junio y casi rondando los cuarenta grados. Empiezo a echar de menos el invierno. Ya les dije: Aquí la primavera es intensa pero cortísima. Cada vez aguanto menos este calor. "Si pudiera migraría pa los nortes". He estado toda la noche con los ojos abiertos como un búho, casi me subía por las paredes buscando la postura adecuada para echar un sueñecito. Recordaba las Salamanquesas que había visto la noche anterior, atiborrándose de mosquitos y polillas, tan felices ellas aprovechando el poco frescor que llegaba con la caída de la tarde… ¿Un heladito?...
4 comentarios:
¡Sí, por favor!
Creo que me voy a fundir...
Benita
que qué calor, Angel???
nooooooo.... es broma¡¡¡
por aquí hoy nos ha cáido una....
aunque en la tarde refresca en la sierra pero no es momento para que vuelvas a visitarnos, no, jejejeje¡¡
a nos er que vengas con el camión de los helados¡¡¡
a mí también me sienta a horrores "esta caló", como la llaman cuando es tan exagerada¡¡¡
el dormir se hace más difícil y el trabajar más cuesta arriba¡¡¡
pero no tenemos otra¡¡¡ pronto acaba el curso y podremos emigrar hacia el norte o en mi caso, hacia la brisita del mar...
besos para ciudad real¡¡
Son muy listas las salamanquesas, en los días soleados de invierno son diurnas, pero en cuanto el calor aprieta solo se las ve de noche. Se van te tapas, digo mosquitos, a la luz del farol.
Saludos
Esto es increíble, en dos días se ha secado el pasto y los lagartos campan a sus anchas como en plena canícula. A este paso se cumplirá el refrán: "nueve meses de invierno, y tres de infierno". ¿Y la primavera, cuánto más se podrá comprimir en el tiempo en nuestros campos? Saludos, Anzaga.
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