(Curruca Capirotada)
A finales del siglo XIX, el señor Lyall fue destinado a trabajar como farero en la isla Stephen (Nueva Zelanda). Lyall era un buen aficionado a las aves y para apaciguar su soledad en aquella remota isla se hizo acompañar de un gato.
(Pechiazul)
Al poco de llegar, el gato del farero, como todo gato que se precie, se presento en el faro llevando entre sus fauces un pequeño pájaro que acababa de cazar. Al señor Lyall le llamo la atención. Sin lugar a dudas se trataba de una especie totalmente desconocida.
Lyall pensó que el espécimen en cuestión podría ser de interés para los ornitólogos, así que disecó la piel y la envió a Inglaterra. Una revista científica publicó la noticia del hallazgo, y el pajarillo de la isla Stephens fue reconocido como una nueva especie y bautizado técnicamente bajo el nombre de Xenicus lyalli, el Xenicus de Lyall.
(Petirrojo)
(Verderón)
A partir de entonces embalsamó todos los pequeños pajarillos que el gato traía al faro, siempre pocos. Llegó un momento en el que el gato dejó de traer pájaros como aquellos.
Pasado el tiempo, los ornitólogos que llegaron a la isla buscando la nueva especie fracasaron. De hecho, nadie ha vuelto a ver a un Xenicus lyalli desde 1894. Hoy se conservan poco más de una decena de ejemplares disecados en varios museos del mundo, y la mayor parte de ellos tienen anotado en su etiqueta que fueron víctimas del gato del farero.
Desde entonces no se encontraron más ejemplares, por lo que este pájaro constituye un caso único en la historia. Pues esta especie se extinguió casi al mismo tiempo de ser descubierta.
No se sabe nada de las costumbres ni de la reproducción de esta especie, aparte del hecho de que era incapaz de volar o al menos era reticente a hacerlo, lo que explica la facilidad del gato del farero a la hora de exterminarla.
(Jilguero)
Un solo animal introducido en un ecosistema al que no pertenecía fue suficiente para aniquilar a todos los individuos autóctonos que existían. De ahí la importancia de no introducir especies foráneas en nuestros hábitats.
(Nido de Jilguero)
Cientos de gatos y perros semiasilvestrados andan a sus anchas por nuestros campos sin ningún tipo de control. En el mes de mayo la fauna al completo se encuentra inmersa en sacar adelante nuevas camadas y nidadas. Tras cada mascota incontrolada hay un depredador. Animales que no matan para saciar su hambre sino que matan, como el gato del farero por simple instinto.
5 comentarios:
Belle série sur les oiseauxet super ton blog.
Bonne jounée,
jj@+ de France
La historia del gato Farer y pajaros quienes tienen dificultades para volar es muy interesante.
La idea de tomar un arma para matar animales esta insoportable pero entiendo lo que quiere decir cuando habla de matar por instinc para defender la biodiversidad.
Bonne journée à toi Enzaga.
No olvidemos a la principal especie depredadora que no hace más que desplazar al resto de especies al ostracismo cuando no al exterminio, y que mata, no para alimentarse o por instinto, sino por placer y por vanidad.
Una pena, pero tal vez un día podamos controlar a esa especie, esto es, controlarnos.
Un saludo.
Es el problema de las especies foraneas en zonas que nunca las a habido, la historía que nos cuentas seguramente se a repetido en muchos sitios, las islas al estar aisladas son quizá las más afectadas, bonitas fotos, un abrazo.
La capinera
Il tempo si cambia: stasera
vuol l'acqua venire a ruscelli.
L'annunzia la capinera
tra li àlbatri e li avornielli:
tac tac.
Non mettere, o bionda mammina,
ai bimbi i vestiti da fuori.
Restate, che l'acqua è vicina:
udite tra i pini e gli allori:
tac tac.
Anch'essa nel tiepido nido
s'alleva i suoi quattro piccini:
per questo ripete il suo grido,
guardando il suo nido di crini:
tac tac.
Già vede una nuvola a mare:
già, sotto le goccie dirotte,
vedrà tutto il bosco tremare,
covando tra il vento e la notte:
tac tac.
Giovanni Pascoli
(A la curruca capirotada)
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