Si se han fijado con detenimiento en las Palomas de Ciudad, se habrán percatado
que muchas de ellas cojean a causa de la pérdida de uno o varios dedos, e
incluso, hay algunas que andan con los muñones pelados. - La causa no es otra, que los hábitos
adquiridos por esta especie a la hora de buscar el alimento.
Las Palomas
de Ciudad, pasan horas y horas caminando sobre el duro asfalto y sobre las
aceras en busca de los restos orgánicos que vamos dejando. - Las patas de las
palomas no están hechas para caminar sobre estas superficies, sino por los
campos de tierra blanda donde se esconden las semillas de las que ancestralmente
se han venido alimentando. Definitivamente, este es el precio que tiene vivir en
la jungla de asfalto de los hombres.
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