Bien temprano, cuando
la mañana aún era fría y el sol empezaba apenas a calentar la tierra, encontré
este joven Lagarto Ocelado, Timon lepidus. - Me sorprendió, que no
parecía advertir mi presencia y permanecía con la cabeza baja pese al ruido de
mi cámara fotográfica. - Al rato, descubrí que tenía los ojos pegados y se
apreciaba algo de sangre en la boca. - Finalmente, comenzó a andar sin rumbo
tropezando con cada piedra del erial hasta que lo vi alejarse entre el pasto.
Desconozco lo que le
había ocasionado esa ceguera, si había consumido algo que lo envenenó, si había
sido picado o mordido por algún otro animal o si sufría alguna enfermedad
propia de estos reptiles…
1 comentario:
Beautiful photograph, nature is unusual. I am greeting
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