Peonías y colores.

Lentamente, aunque sin pausa, se suceden los días y con ellos las estaciones. Es así, que otra vez estamos hablando del otoño. Cayeron las primeras tormentas también por aquí y las temperaturas que hasta hace nada superaban los cuarenta grados han empezado a suavizarse. Cualquier día de estos, todos iremos con nuestras chaquetas y el resto de ropajes de tonos, en su mayoría grises y marrones, que paulatinamente irán sustituyendo a los colores, mucho más llamativos, con los que nos hemos vestido en el verano.

Una planta, que no cambia de tonalidades y colores, es la Peonía (Paeonia broteroi), que como decíamos el año pasado, hasta en sus semillas resulta una especie bastante llamativa. Con los primeros chaparrones de septiembre, el agua ha estimulado las cápsulas, parecidas a gorros de duendes o de bufones, y de su interior han ido apareciendo los granos rojos y negros. Lo cierto es que no son las únicas frutillas rojas y negras que podemos encontrar entre nuestros campos. Ya saben ustedes, semillas, que pronto serán el poco alimento que quede tras el largo período de abundancia.