El Cangrejo Rojo Americano; ¿Plaga o Bendición?

“Cuando en el futuro los hombres hagan balance de nuestro tiempo, las nuevas generaciones no se asombrarán tanto por los crímenes cometidos, ni por las constantes guerras, sino por el silencio y apatía de la gente honrada” - Martin Luther King.

Tras las lluvias de la semana pasada, la plaga dormida surgió para ocupar los campos y carreteras adyacentes. Cientos de pequeños cuerpecillos rojos eran atropellados en las carreteras y caminos colindantes. Según cuentan, algunos de los vecinos y visitantes barrían las aceras y recogían con palas y cubos los cangrejos, llenando los recipientes que quisieron. Por momentos la situación recordaba la migración anual de cangrejos que se produce en la lejana Isla de Navidad. De plaga bíblica a maná salido del agua. Este parece ser el pensamiento de las gentes que se aprovechan estos días de la abundante pesca del Cangrejo Rojo Americano (Procambarus clarkii). Esta especie alóctona, como otras tantas de nuestros campos, fue introducida desde la inconsciencia, para ya, de manera irremediable, formar parte de nuestro ecosistema.
Con la llegada del Cangrejo Americano se puso prácticamente fin al Cangrejo autóctono, mucho más sabroso el segundo, según los que recuerdan haberlo degustado alguna vez e infinitamente menos dañino que la especie invasora. El de aquí sufrió la competencia de la especie introducida, pero sobre todo, la enfermedad llamada afanomicosis que el otro portaba. Hoy, el cangrejo del país, sólo sobrevive en las cabeceras de algunos ríos de aguas más frías, donde el Cangrejo Americano parece no termina de adaptarse.
Recientemente en el Pantano del Vicario (Ciudad Real), se han colocado carteles que invitan al respeto del medio ambiente y a las buenas maneras. Entre las frases de estos carteles se puede leer. “No introducir animales ni plantas en este entorno natural”. Produce más que gracia, tristeza comprobar que las Tortugas de Florida se reproducen alegremente en el entorno, peces introducidos por cuatro pescadores sin escrúpulos y cómo no, el cangrejo al que hoy dedicamos la entrada.
Otra de las frases, si cabe más llamativa, dice así: “Depositar las basuras en los contenedores de las poblaciones cercanas”. Decenas de botellas flotan en el pantano, vuelven a proliferar “los típicos” botes de maíz y otras basuras de pescadores y de gentes no concienciadas. Aunque estos días y como consecuencia de la abundancia “cangrejil”, los restos más abundantes son de los propios cangrejos, que son decapitados y capados inmediatamente son capturados. No imaginan el hedor que producen estas basuras con las temperaturas que aquí sobrepasan estos días los 40ºC. No se preocupen el campo es de todos, uniendo con la frase de Martin Luther King, diríamos: ¿y qué más da, siempre ha sido así?…