sábado, 5 de junio de 2010

Montoro y la Casa de las Conchas.

Montoro (Córdoba) apareció entre los olivares que lame el Guadalquivir. Un pueblo de casas blancas, como las de antes, que protegen del tórrido calor del estío y dan frescor en el interior. Viviendas que ofrecen un conjunto de uniformidad tan poco común en los más de los pueblos de ahora.

La torre de la iglesia de san Bartolomé es visible desde cualquier punto de la localidad. Tras pasar la curva de agua que dibuja el río por el amplio Puente Romano nos dirigimos hacia ella. Allí encontramos el centro de la ciudad, entre el chiquillerío de los escolares y el reposo de los ancianos que hablaban de sus cosas esperando “el ritual diario de subirse pa la casa a la hora de la comida". No podía faltar, como ya habíamos hecho hacía algunos años, la visita a la llamada: “Casa de las Conchas”.





La primera vez, un hombre dicharachero y ágil, Francisco del Río Cuenca, su propietario y creador, nos mostró lo que según él, era la obra de su vida, miles, quizá millones de conchas procedentes de distintos lugares cubrían las estancias, la fachada, el patio y cada uno de los más pequeños rincones de aquella vivienda.







Al llegar a la casa, Francisco estaba en la puerta, como si estuviese aguardándonos, se le veía muy cambiado, indudablemente el paso de los años había hecho mella en él. Curvado y con la voz apagada nos contó que la casa, su obra, se le hacía cada vez menos confortable y que buscaba comprador.
No sé lo que habrá pasado después de nuestra visita a Montoro… si Francisco habrá vendido o no su casa, si aún sigue ampliando y remodelando su obra o si en el lugar de la Casa de las Conchas hay ahora una sucursal bancaria...

Si ustedes tienen alguna nueva información agradecería me la hicieran saber...

5 comentarios:

Abilio Estefanía dijo...

Curiosa historia la de Franciso, quizá deberia comprala el Ayuntamiento para preservarla y que continue con su originalidad, creando un lugar de encuentro entre los Monteranos (o como se diga) o algún peuqeño museo etnográfico o cosa similar.

Un abrazo
el lio de Abi

Anónimo dijo...

¡Qué bien te expresas!
Esperemos que haya encontrado la solución más conveniente y justa.
Benita

Pilar dijo...

muy hermosa ciudad la de los montoreños¡¡
y triste la historia de Francisco...
la vida tiene eso, necesita la ilusión para el camino... pero siempre nos acompaña el miedo a que se nos rompa en un instante, a la vuelta de cualquier esquina¡¡
besos

Anónimo dijo...

pues yo no tengo el gusto , de andalucía sólo conozco Sevilla ..pero con las ganas que tengo de volver por el sur , cualquier dia de estos me saco foto en la casa de las conchas :-P
besazos !!

Unknown dijo...

Preciosa casa la de la última foto. Me encantan las viviendas así de adornadas.

Un cordial saludo.

**** " NO SE PUEDE CONSERVAR AQUELLO QUE NO SE CONOCE " ****