Pasados los años, alguien compró la casa y la volvió a pintar de los mismos colores, de añil y blanco. Creo que ahora en su interior sólo se guardan algunos aperos de labranza y las más de las veces, en la casa se guarda silencio.
lunes, 21 de junio de 2010
La Casa de Añil y Blanco.
Pasados los años, alguien compró la casa y la volvió a pintar de los mismos colores, de añil y blanco. Creo que ahora en su interior sólo se guardan algunos aperos de labranza y las más de las veces, en la casa se guarda silencio.
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4 comentarios:
Amigo Ánzaga: hermoso relato, no me cabe otra palabra ... hermoso y nostálgico. Puedo imaginarme ésa familia, como tú dices, viviendo allí y pensando tal vez irse lejos, como finalmente hicieron cada hijo ...
Por otro lado no puedo dejar de imaginarme cómo los explotaban! Cómo es posible que no les dieran otro cuarto?, porque seguro que éstas tierras pertenecían a alguien con más suerte ... en fin, perdón que me sienta del lado de los pobres ... es mi costado social que a veces dejo escapar JE!
Y la envidia que me da a mí este tipo de vida, que siempre he vivido en la ciudad! Siempre se tiene lo que no se quiere ;)
Me gusta mucho esa manera tuya de fraguar tus relatos. Tus tramas, sencillas, con suaves tintes poéticos, logran eficazmente captar nuestra atención y de ese modo transmitir la sigunlaridad de esta tierra... Además de otros muchos saberes. Pareces un romancero.
Benita
He estado el pasado finde en el pueblo. Tus fotos hacen justicia a como esta el paisaje, precioso. Sencillo y lleno de colores, tal como los muestras con esa historia de la casita de fondo.
Saludos,
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