En estos días de
invierno (a finales de julio), en tierras uruguayas, la mayor parte de los
árboles aún se encuentran sin hojas y para las aves resulta un poco más
complicado localizar el sustento. El carpintero
real, Colaptes melanochloros, no
es una excepción. Ayer, bastante confiado, rebuscaba entre los troncos y ramas
de los jardines de Colonia de Sacramento
(Uruguay).
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