“Recuerde el alma dormida
avive el seso e despierte
contemplando...”
Muchos fueron los que tuvieron que dejar los
surcos buscando mejores oportunidades y dejando atrás un pueblo de mayores que,
impacientes, esperan el regreso, por unos días, de los ya llamados “forasteros”. Éstos fueron las criaturas
que jugaban al “rin-ran” y tiznaban a
las mozas que formaban los corros en San Antón. Ellas, ahora ya tienen las
manos cuidadas pues cambiaron el Royo de las Entresierras y la Fontana; los
carros y cántaros por las lavadoras y los grifos de sus cocinas.
En sus calles queda el eco de otros tiempos,
rememorados una y otra vez con aire nostálgico en las charlas de San Miguel
mientras se oye: “¡Qué viene la vaca!”; en Las Cuatro Esquinas, junto a la Casa
Grande, en El Pilarillo, El Pilar Viejo, San Cristóbal, El Castillo de
Montizón, San Isidro y tantos otros parajes con aire ya a Sierra Morena.
Villamanrique, lejos un poco de todo, se mantiene, sereno, melancólico, como “Las Coplas”, cuida con tesón su patrimonio, sus costumbres y sus tradiciones esperando ofrecerlos generosamente a cualquier “forastero” que decida pasar por aquí.
(Texto de
R.G.)
3 comentarios:
Este Paseo Manchego ha sido especialemnte bonito y sentido.
Saludos
¡Que bueno Ángel! Me lo he encontrao compartido en el Facebook por una paisana y vecina mia de Villamanrique. Me ha hecho mucha ilusión encontrarte así.
Hola David.
Si las fotografías son mías el texto es de una paisana tuya...
Saludos
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