Otoño se desliza sobre el calendario sin regalarnos su más esperado don, la lluvia. La mañana se despertó cubierta de niebla y algo de frescor, aunque no el propio de estas épocas. Un Mochuelo Común, sobre las ruinas de una de las cientos de casas y huertas, hoy abandonadas, me observaba tanto, como yo a él. - Algunas hileras de grullas, las primeras de la temporada, se han ido perdiendo en el horizonte. Curiosamente llegaban en silencio…
4 comentarios:
¡Qué gracioso!
¡Ojala llueva pronto! Echo de menos el aroma casi embriagador del suelo húmedo bajo la hojarasca y la emoción, tal vez incomprensible, que supone la búsqueda de hongos... A ver si veo la seta de los enanitos también este año...
Un beso
Benita
Que mochuelo más chulo y descarado!!!!
Me encanta!!!!
aaaayyyy la ansiada lluvia.......supongo que la naturaleza está más ansiosa que nosotros.....
¡Hola Anzaga!
Posiblemente el mochuelo esté deseando que lleguen las esperadas lluvias al igual que nosotros, y en especial los que viven mirando al cielo.
Un saludo.
El mochuelo observa mudo, las grullas vuelan en silencio, y el otoño va pasando...inadvertido.
Agua, por favor.
Saludos, ANZAGA.
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