Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas (Jaén)

Tras el ondulante mar de olivos que se extiende sobre la tierra blanca y polvorienta de Jaén, la llanura parece romperse e inesperadamente surge el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas.

Altas montañas calizas envueltas de pinares y cursos de agua que refrescan las más de las noches del año. No son pocos ni los endemismos, ni las especies protegidas que por aquí se pueden hallar. Aunque sólo algunos concienzudos buscadores de los tesoros que la fauna ofrece, volverán a casa con alguna instantánea del Quebrantahuesos, de la Lagartija de Valverde, de la Violeta de Cazorla o de la bellísima Mariposa Isabelina. Por mi parte, de éstos, ni el rastro…

Lejos de la frustración, una tormenta en la montaña hace que la tierra huela a fresco y la ropa no se sienta tan calada como pudiera parecer. Y es que de vez en cuando, uno tiene que vivir una tormenta de estío entre Tejos, Sauces y Fresnos y no necesariamente protegido tras la ventana. La diosa de la sabiduría, “la Wiki” que no Minerva, nos aporta siempre los conocimientos necesarios de aquello que buscamos sin necesidad de recurrir a los oráculos.


El Parque Natural de Cazorla Segura y las Villas es la segunda zona protegida más amplia de Europa. A tiro de piedra de todas partes. Una oportunidad de vivir la naturaleza y sus riquezas respetando siempre estos tesoros que como suele decirse: “son un préstamo para aquellos que vienen detrás”…