No me extraña que los antiguos egipcios vieran en los
flamencos a la legendaria
Ave Fénix, capaz de arder en llamas cada día y posteriormente, resurgir de sus propias cenizas.
Paseando por la laguna, un grupo de flamencos alzo su
vuelo de ida y vuelta sobre el pantanal y sobre mí. Magnífica imagen y espectáculo de colores y sonidos que pocos asociarían a los secarrales manchegos.
Tras el corto vuelo se posaron unos cerca de otros, dejaron de emitir sonido alguno y ocultaron la llama de sus alas hasta el próximo vuelo.
3 comentarios:
Que bonitos , son aves impresionantes y que fotos mas buenas cazastes.
Besos
Desde luego que dan vida y color allá por donde pasan estas estilizadas zancudas. El contraste de colores de muchas aves, entre ellas el flamenco, tienen para la vista del observador, el disfrute indescriptible de la más selecta gama de glamour de pasarela y de elegancia sin parangón, cuyas grandes firmas de moda no alcanzarán jamás.
Este flamenco es el auténtico y el que más me gusta.
Saludos.
Ave Fénix. Feliz ave que estiliza los humedales, y se volatiliza de los secarrales.
Saludos.
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