Este pasado puente de diciembre he pasado unos días por tierras alcarreñas en un pequeño pueblo llamado Gárgoles de Arriba en la comarca de la Alcarria en Guadalajara. Este municipio es realmente una pedanía de Cifuentes.
Una maravilla los cursos de agua que bordean el pueblo en otro tiempo bien aprovechada con piscifactorías de truchas. Agua que en la actualidad se destina la más de las veces a usos agrícolas. Aunque lo que más llamó mi atención fueron las numerosas cuevas que horadan el subsuelo de Gárgoles de Arriba.
Cada familia, a lo largo de décadas ha ido excavando la tierra para crear pequeñas grutas donde guardar aperos de labranza, la despensa de patatas y conservas para todo el año, y sobre todo, para guardar el vinagre y el vino de producción propia. Una verdadera delicia para el paladar.
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