Aprovechando la mañana de sol he salido por primera vez en
este nuevo año 2024 a recorrer el Paraje Natural de la Desembocadura del río
Guadalhorce, allí, me ha llamado la atención la cantidad de gente que había
junto al mar entre los que se encotraban algunos miembros de la policía local.
El problema no era otro que centenares de peces se hacinaban unos junto a otros con
claros síntomas de asfixia. Algunos aficionados a la pesca y gentes de la zona
se afanaban cavando con lo que podían para que los peces, en su mayoría mújoles
(Mugil cephalus) pudieran llegar hasta el mar, y así liberarse de las
aguas a todas luces contaminadas del río.
Personalmente, me ha recordado a lo que suele pasar en el Mar
Menor (Murcia), donde se produce una gran mortandad de peces caca vez que
hay temporal debido a que las aguas hacen llegar los nocivos productos
fitosanitarios que se emplean en la agricultura.
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