Para muchos, en realidad todos los que visitan este
lugar, la Bahía de Kotor o Bocas de Kotor, son una de las
maravillas de Montenegro. Se trata del antiguo cauce de un río, recuperado posteriormente por
el mar Adriático, aunque por su
belleza, recuerda los fiordos de los países del norte europeo.
Las aguas
aquí, son cristalinas, se ven perfectamente los mejillones adosados a las rocas
y los pequeños pececillos nadando de un lado a otro. No busquen playas de
arena, porque no las hay, aunque las estrechas orillas de guijarros, están
llenas de turistas serbios, croatas y por los propios montenegrinos, que tienen
en este destino su lugar de vacaciones.
Recomendable
seguir toda la bahía hasta la medieval Kotor,
en el camino encontraremos antiguas villas romanas, que aún conservan sus
mosaicos, recargadas iglesias ortodoxas, algunas en pequeñas islas, pero sobre
todo, una exuberante naturaleza al borde mismo del mar.
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