Nada más llegar
a Perú, a eso de las cinco y media
de la mañana en Lima, lo primero que
he percibido, desde el punto de vista de la ornitología, han sido la variedad
de sonidos emitidos por las aves que se despertaban con el nuevo día. De cada árbol,
grande o pequeño, podían oírse multitud de reclamos, todos ellos desconocidos
para mí.
Ya
entrado el día, y aunque este viaje a Perú,
no tiene como primer objetivo las aves, he podido ir poniendo pico y plumas a
algunos de esos sonidos del alba.
La tórtola cuculí; Zenaida meloda, es conocida con este nombre por el sonido que
emite. Sin lugar a dudas, una de las aves más abundantes en las ciudades de Lima, Paracas o Nazca, donde me encuentro en este momento.
Inconfundible por la mancha azul que bordea los ojos. Según he podido leer, es
un ave cada vez más abundante, que desde hace algunos años, igual que ocurre en
Europa con la tórtola turca, Streptopelia
decaocto, va extendiendo su área de distribución.