En este reciente viaje por Rumanía, el objetivo fue siempre cultural, por lo que ni me llevé la cámara. Realmente no tuve tiempo, ni oportunidades para sumergirme en la flora y fauna de este precioso país, como me habría gustado. Ya habrá otras oportunidades para hacer un viaje ornitológico.
Un autobús nos trasladó, de pueblo en pueblo, de convento a iglesia, y de castillo a fortaleza. No obstante, el que es pajarero, lo es a tiempo completo, y desde la ventana del bus pude ver, aunque solo por unos instantes, un buen grupo de aves e incluso de mamíferos centroeuropeos.
Entre los mamíferos; zorros, liebres e incluso un oso bastante escondido entre la profunda vegetación de los Cárpatos. – En relación a las aves, las más numerosas, y además variadas, fueron los córvidos, eran frecuentes las grajas (como la de la fotografía), grajillas y cuervos. También me encontré con grupos numerosos de cigüeñas blancas, alguna cigüeña negra, cisnes, pigargo europeo, águila pomerana, busardo ratonero, milanos negros y milanos reales, entre otras especies.
Por desgracia, también desde el autobús vi
dos aves electrocutadas en los tendidos eléctricos (una cigüeña y una rapaz
nocturna que no llegué a identificar).