¡Toubab!, ¡toubab!, gritaban a nuestro paso las cuadrillas de niños en los arrozales de Sapu (Gambia). Nos explicaron que toubab era la palabra que se utilizaba para referirse a los hombres blancos. Rápidamente recordé el maravilloso corto “Binta y la Gran Idea” de Javier Fesser, donde se oye en repetidas ocasiones. Corto que, por cierto, es una verdadera obra de arte.
El
grupo de toubab, nosotros, sufría duramente las altas temperaturas y la
elevada humedad. De tal manera que, unido a la falta de sombras, hizo que
algunos aceleraran el paso buscando refugio, dejando la observación de aves en
un segundo término. Lo importante era no deshidratarse y no caer redondos al
suelo. - Y allí seguían ellos, gritando, felices con su sonrisa limpia, indiferentes
al sol, a la humedad, pero eso sí, sin dejar de lado sus duras tareas
agrícolas.
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