En 2.018, tras visitar Oporto, el viaje por
tierras lusas continuó en la capital, Lisboa, una ciudad que ya había visitado
otras veces, aunque fue en esta ocasión, cuando pude conocer con mayor profundidad
esta bonita ciudad. En las anteriores ocasiones, mi visita había sido más
superficial; había recorrido la Avenida de la Liberdade, la Plaza del
Rossio y la calle de la Plata hasta la Plaza del Comercio, siempre igual, paseo arriba, paseo abajo, sin adentrarme en los barrios más populares.
En esta ocasión, tras volver al Castillo de San
Jorge, perderme por sus callejuelas y disfrutar de sus miradores sobre el Tajo
y el Atlántico, pude introducirme en la vida lisboeta del Barrio Alto,
repleto de bares y restaurantes atestados de gente...
Bonitos recuerdos de viajes
del pasado. Yo sigo cruzando los dedos para que llegue pronto la vacuna que nos
saque de esta situación de retroceso en que se ha sumergido el mundo y nos devuelva
las libertadas perdidas, y que quizá, no valorábamos lo suficiente…
4 comentarios:
Ohhh...que bonito Lisboa!!! Me encanta!!
Siempre hay que regresar a los sitios, se ven de otra manera
Está claro! Además Lisboa merece la pena... Aunque solo fuera por los famosos pasteles de nata...
Me encantaría volver a visitar Lisboa ¡preciosas fotos has hecho!
Un abrazo.
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