Aprovechando estos días de junio adelantado, en
pleno mes de marzo, para hacer alguna de las rutas marcadas entre los sabinares y pinares de El Bonillo (Albacete), se constata que el Campo de Montiel albaceteño pasa de
un invierno frío, con constantes temperaturas bajo cero, a períodos de sequía
más propios de julio o agosto. Y esto, claro está, se deja sentir en la reseca vegetación.
Entre las
aves de interés que se han dejado ver: un pequeño grupo de avutardas, una pareja de alcaravanes,
varios zorzales charlos, pájaros carpinteros, ratoneros, críalos y algunos aguiluchos
laguneros. Aunque lo que más me ha llamado la atención, ha sido esta
huidiza y tímida ardilla roja, que se
ha agazapado en lo más alto de uno de los pinos, sin mover un solo músculo,
esperando que yo despareciera de estas soledades...
2 comentarios:
Es muy linda. Besitos.
... y muy asustadiza Teresa.
Saludos.
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