Se nos ha llenado el campo de nidos. Empezó la época de mayor ajetreo para casi todas las aves de nuestros campos. Ayer mismo una Tarabilla Común voló de entre mis pies dejando al descubierto su nidada, cuatro huevecillos recubiertos de plumas, lana y otros materiales, que servirán de colchón a los desnudos polluelos que están por venir.
Hoy, entre los setos del parque adyacente a mi casa, los Jilgueros también andaban ajetreados terminando su nido. A mi juicio, bastante al descubierto. Será que aún me vienen a la memoria imágenes de los niños de otro tiempo, a los que sus papás les regalaban como único juguete, un pequeño polluelo, que atado a un hilo se tambaleaba con los vaivenes y zarandeos de la criaturita. ¿Recuerdan cómo acababa siempre el pajarillo?, yo sí…
Por supuesto que he tenido de chico allá en La Solana algun jilguero y que recuerdo como acababan. Buen abono para las aspidístras de mi tía o para la parra del patio.Por cierto mi abuela siempre les llamaba pitin de muchos colores. Saludos
ResponderEliminarBuena entrada Angel (como siempre), esta primavera esta siendo espectacular.
ResponderEliminarMenos mal que los tiempos y las costumbres van cambiando y ya la gente se preocupa mas de verlos en libertad que en tenerlos encerrados o dárselos a los crios para que "jueguen". Lástima que todavía nos quede un buen trecho por recorrer y se pierdan definitivamente esas malas costumbres.
¿¿Un polluelo de regalo?? Me he quedado de piedra...Aunque bueno, aquí en Madrid, en las ferias, los pollitos pintados de colores verde, azul, morado...eran la novedad. Tampoco acababan muy bien. Menos mal que algo hemos avanzado.
ResponderEliminarBsos!
Hola Anzaga, y yo también.
ResponderEliminarUn abrazo
Un comentario muy emotivo sobre el trajín de estas criaturitas, que, confiadas, se muestran ajenas a nuestras posibles intenciones; y que nos invita a la reflexión sobre nuestro comportamiento para con ellas tratándolas en muchas ocasiones como nos dices. Esperemos que estas costumbres se vayan perdiendo...
ResponderEliminarBesos
Benita
¡Síiiií!
ResponderEliminarLos amaneceres se llenan de trinos en defensa de territorios y en cualquier rincón nos podemos llevar la grata sorpresa de que los pajarillos han decidido hacer allí su nido.
Ahora sí que es primavera.
Hola Anzaga, me he perdido unos cuantos paseos por este maravilloso lugar, pero ha sido por otro tema, ahora al pasear de nuevo me encuentro con esas aves maravillosas y hay algo que no entiendo ¿regalaban pajarillos colgados de un hilo? Eso yo no lo sabía, pero ves algo nuevo he podido aprender hoy. La belleza jamás debemos atarla, necesita su libertad.
ResponderEliminarAbrazos
Está todo precioso Jesús, aunque este sol está quemando demasiado, temo que se no irá la primavera en un abrir y cerrar de ojos... ¡Qué pena!
ResponderEliminarSaludos.
Buenas Higorca. Enhorabuen por tu exposición de pintura en el Centro del Agua de Daimiel. No me la puedo perder...
ResponderEliminarNo hace mucho, se podía encontrar a algún niño al que había regalado algún pequeño jilguero, pardillo, gorrión, etc... que o bien había caído de algún nido o bien alguien expoliaba. Eran otros tiempos... o eso espero...
Besos.