El Sagrado Corazón de París (le Sacré Coeur) es sin lugar a dudas uno de esos sitios que no pueden dejar de visitar en algún momento de sus vidas. Situado sobre la colina de Montmartre domina de manera privilegiada toda la escena parisina: A lo lejos la Tour Eiffel iluminada en la noche, Montparnasse se yergue entre los antiguos caserones, Notre Dame se desdibuja entre el resto de edificios o les Invalides mostrando los dorados de su cúpula. Estos son sólo algunos de los muchos elementos de una magnífica postal de la llamada “ciudad de la luz”.
Alrededor de la Basílica el bullicio y el gentío es constante. En las escalinatas que conducen al templo son frecuentes los espectáculos callejeros, tanto de día, como de noche. Recuerden que también están allí los carteristas y ladronzuelos que aprovecharán el mínimo descuido para cobrarles a ustedes un particular impuesto de turista confiado. El templo es bellísimo e invita contantemente a mirar hacia arriba, pero no por ello pierdan ustedes de vista sus pertenencias… (…y no, no me ha pasado a mí…)
Alrededor de la Basílica el bullicio y el gentío es constante. En las escalinatas que conducen al templo son frecuentes los espectáculos callejeros, tanto de día, como de noche. Recuerden que también están allí los carteristas y ladronzuelos que aprovecharán el mínimo descuido para cobrarles a ustedes un particular impuesto de turista confiado. El templo es bellísimo e invita contantemente a mirar hacia arriba, pero no por ello pierdan ustedes de vista sus pertenencias… (…y no, no me ha pasado a mí…)
Pegado al templo, se encuentra el llamado “barrio de los pintores”, conocido así, por el gran número de artistas de mayor o menor talento que intentarán inmortalizarles ofreciéndoles constantemente sus servicios. Cafés, bistrós, restaurantes y pequeñas tiendas de recuerdos compiten por el poco espacio y por exprimir al máximo el presupuesto de los turistas. Las supuestas gangas, baratijas, “souvenirs requetecopiados” y objetos inútiles que jamás utilizarán y que con frecuencia permanecerán en el fondo de algún cajón, constituyen sin lugar a dudas, una oferta amplísima. Al final, seguro que se llevan algo…
Sobre el lugar, recordaba a Aznavour y aquella imperecedera canción, “la Bohemia” (la Bohème) ¿La recuerdan? Aquel mundo de pintores, artistas y transgresores de lo establecido, que solían ser los habitantes únicos de aquellas callejuelas del París de otro tiempo. Hoy, estos personajes han sido relegados a otros lugares. La necesidad que tiene “el sistema” por la divisa extranjera marca el ritmo de vida de la pintoresca colina. La Bohemia ha muerto, decía Aznavour. Ahora nadie en Montmartre discute sobre otras tendencias, arte o política. El tema, aquí ya es otro…
No se preocupen, sé que lo empiezan a echar en falta, pero ya otros les contarán los datos del templo. Ya saben ustedes aquello de reseñar con precisión matemática los metros, kilos, años, efemérides, guerras y sangres derramadas bajo los muros del lugar en cuestión. Es algo que no me interesa y que a buen seguro encontrarán en "la Wiki" y otras páginas similares. Espero perdonen mi atrevimiento, pero ya saben ustedes que éstos son sólo los paseos de un manchego cualquiera y no los de un investigador, matemático o historiador (con todos mis respetos hacia ellos).
Sobre el lugar, recordaba a Aznavour y aquella imperecedera canción, “la Bohemia” (la Bohème) ¿La recuerdan? Aquel mundo de pintores, artistas y transgresores de lo establecido, que solían ser los habitantes únicos de aquellas callejuelas del París de otro tiempo. Hoy, estos personajes han sido relegados a otros lugares. La necesidad que tiene “el sistema” por la divisa extranjera marca el ritmo de vida de la pintoresca colina. La Bohemia ha muerto, decía Aznavour. Ahora nadie en Montmartre discute sobre otras tendencias, arte o política. El tema, aquí ya es otro…
Lo que sí puedo decirles es que le Sacré Coeur es el lugar para aquellos que viajan enamorados, para almas aventureras que aman los viajes en soledad, para familias de diversa y variada composición, para los organizadísimos grupos de japoneses, también es el lugar para que los gitanos rumanos puedan pedir algunas monedas a los turistas. ¡Ah!, no quería dejarlos de lado, también es el lugar para los investigadores, matemáticos e historiadores. Convencido estoy de que gozarán mucho en este entorno.
Colecciono postales, y por supuesto ésta del Sacre Coeur no me falta...
ResponderEliminarcomo tampoco falta de mi memoria... que recuerda a la perfección todo esto que hoy nos cuenta el manchego... y mira que habrá llovido desde la última vez que pisé Paris¡¡¡
las canciones de Aznavour, o las de George Brassens... o ésta:
http://www.frmusique.ru/texts/d/dassin_joe/champselysees.htm
Paris es para enamorados... de la vida... o de la aventura... o de lo que sea, jejejejeje...
Esta ciudad, como esas ciertas personas, son especiales porque nos hacen sentir especial¡¡¡
Lamento mucho Angel, lo de tus amigos, y me alegro de que te hayas quedado con lo que tenían de especial¡¡¡
Besos
Buenas Pilar ya veo que has vuelto de las vacas... (Lo digo por los días que no has publicado...)
ResponderEliminarQué te puedo decir de París que ya no sepas... Todo lo resume la canción a la que haces referencia...
Oh Champs Elysées!... Oh Champs Elysées!...
Besos.
Estoy haciendo planes para pasar unos días por esos lados, muy bonita tu crónica.
ResponderEliminarNoesperesnada - Seguro que te encantará... Aunque te recomiendo que hagas el viaje lo antes posible dado que en agosto París ya olía a otoño, los días se hacen grises y París deja de ser la ciudad de la luz para ser una bellísima ciudad de color gris...
ResponderEliminarAbrazos.
Cuando llegas por primera vez a ese rincón de París, llena de ilusión, con unos trabajos debajo del brazo, paseas por pequeños lugares que te parecen inmensos, cuando en aquellos años era punto de reunión para tantos foráneos que esperábamos triunfar, te puedo decir que la piedra del Sacre Coeur, te parece de color rosa, en vez de blanca, en un principio son tiempos duros, pero ideales, magníficos, cuando no hay "pasta" y uno de aquellos vendía, ese día se comía, todos juntos, quiero decir que para mi ese sacro santo lugar es, algo maravilloso, encontré todo el éxito de mi vida, mi compañero, mis grandes premios, mis conocimientos de camaradería, todo, todo, allí dio un vuelco mi vida.Allí empece a amar otra tierra La Mancha. Entonces gracias por hacerme recordar ese rinconcito que lo siento mío.
ResponderEliminarGracias Higorca por tu comentario que enriquece ampliamente este post. Siento que tienes muchas cosas que contarme en ese café que tenemos pendiente.
ResponderEliminarBesos.
ay Paris....comme c´est jolie !!!! a mí me encantó , particularmente el barrio de los pintores , dónde me retrató un artistazo !! las vistas desde arriba impresionantes , vale la pena la subidita...
ResponderEliminarbesazos !!!
Laura ... elle est la ville la plus jolie que je connais...
ResponderEliminarbisous.
No estoy de acuerdo acabo de estar ahi y en la noche hay pandillas dd negros que te roban en grupo..habian algunos que gritaban a los turistas chinos que los iban a matar....decian que eran de ghana y no eran franceses decian francia al diablo..! Tengan cuidado ahora ha cambiado mucho esa zona de noche bueno ellos te esperan n el teleferico para subir te cortan en paso y en las escaleras!
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