Las cotorras
argentinas llegaron para quedarse, mejor dicho, las trajimos nosotros con
ese derecho que creemos tener de meter entre rejas a todo bicho viviente,
grande o pequeño, para hacer en nuestros hogares pequeños zoológicos privados.
El egoísmo
humano tiene sus consecuencias; la reproducción sin límites de las especies
invasoras beneficiadas por la ausencia de sus depredadores naturales produce
la aniquilación de la biodiversidad de las especies autóctonas, además de cuantiosas pérdidas económicas, como en esta especie, sobre todo en
jardinería y agricultura.
Muy buena información gracias
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