No son muchas las oportunidades
que da la buscarla unicolor, Locustella luscinioides, a la hora de
tomarle alguna fotografía. Normalmente tímida y desconfiada se mueve con mucho
sigilo, volando rápido entre los carrizos, las eneas y las cañas. Tras cumplir
su objetivo, que no es otro que sacar adelante una nueva nidada, partirán presto
nuevamente a África.
Durante las primeras semanas tras su
llegada, a eso de mediados de abril, la buscarla se encarama en lo alto de algún matorral
para dejarse más que ver, oír. Si hay un
lugar donde es posible fotografiarla es en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, junto a las pasarelas principales.
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