Según un
dicho peruano, “quien viaja a Perú y no
visita el Machu Picchu, no conoce Perú”. De tal manera, que prácticamente
todos los turistas, pasarán en algún momento de su viaje por esta maravilla del
mundo. Aunque eso sí, esta visita, queramos o no, aumentará considerablemente
nuestro presupuesto.
Lo primero que
tenemos que tener en cuenta, si además de visitar el Machu Picchu, queremos subir el Huayna Picchu, es sacar las entradas en la página oficial (http://www.machupicchu.gob.pe/), con
varios meses de antelación, por un precio aproximado de unos 50 euros por
persona. Solo hay disponibles dos grupos de 200 personas y las plazas se agotan
pronto. El primer grupo es G1 07:00 – 08:00 y el segundo G2 10:00 – 11:00. El
tiempo de subida es aproximadamente de dos horas. Esta no es una visita
recomendable para todo el mundo, dada la dureza del recorrido y por los
momentos de vértigo que se viven, tanto en la subida como en la posterior
bajada. Muchos, conocedores de sus límites, deciden darse la vuelta.
Aquellas personas que no obtienen boletos para la subida al Huayna Picchu, y quieren además
realizar alguna ruta de trekking, pueden
optar a subir la montaña del Machu
Picchu, adyacente al yacimiento, entrada que también pueden comprar en la
página oficial del gobierno peruano.
Hay distintas
formas para llegar a Machu Picchu,
algunos optan por llegar a pie, a través del Camino Inca, una ruta organizada con porteadores y comida incluida,
que ronda los 300 euros. Aunque la forma más sencilla, pero la más cara, es a través del
tren desde Cuzco-Poroy hasta Aguas Calientes. Hay que tener en cuenta, que solo hay trenes por
las mañanas desde Poroy hasta Aguas Calientes. Y aunque en estos
trenes se especifica que no hay espacio para el equipaje, solo para una pequeña
mochila por persona, y tras confirmarme
esto a través de mail con perurail, la sorpresa para mí fue
comprobar que muchos viajeros sí llevaban grandes maletas que fueron guardadas
debidamente en una pequeña zona destinada a tal efecto. En fin, cosas que pasan…
- Optar por este tren, de trayecto completo, supone pagar entre 100 y 300 euros
por persona.
Sin embargo, la
forma más recomendable es tomar un minivan desde la calle Pavitos de Cuzco, por 10 soles (menos de tres euros), hasta Ollantaytambo, y desde allí el tren (50
euros aprox.) hasta Aguas Calientes,
dado que no hay carreteras hasta esta localidad. También hay buses, mucho más
baratos desde Cuzco hasta Ollantaytambo, pero es necesario
cambiar varias veces en los distintos pueblos. Y por último, otra opción es tomar un taxi que
nos dejará en la misma estación de tren de Ollantaytambo,
nos costaría unos 100 soles desde Cuzco
(Unos 30 euros). Una vez en Ollantaytambo,
algunos viajeros, mochileros sobre todo, optan por realizar este último trayecto
a pie, siguiendo las vías del tren.
Si ya
tenemos las pertinentes entradas y el medio de transporte, es necesario pensar en
el alojamiento. Lo más recomendable, si queremos además evitar sorpresas de
última hora, es buscar alojamiento en Aguas Calientes.
La localidad más cercana al sitio arqueológico. Aguas Calientes, cuenta con numerosísimos hoteles, hostales y
pensiones, en función de nuestras posibilidades económicas, además de
incontables lugares para comer o comprar recuerdos y provisiones.
Visitar
el Machu Picchu, exige, queramos o
no, madrugar. Desde las cinco y media de la mañana, ya hay gente, comprando los
tickets de los autobuses que remontan la montaña. Como recomendación, si
tenemos tiempo, conviene adquirir estos billetes de bus la tarde antes, y así
evitaremos las colas. El precio de los buses, por un recorrido de menos de
media hora, ronda los 25 euros. Para aquellos que quieran evitar estos abusos y
tengan la forma física necesaria, pueden optar por realizar la subida a pie
desde el pueblo.
Una vez arriba,
según la cartelería del lugar, está prohibido comer, no obstante, mucha gente
lo hace un poco a escondidas, eso sí, sin tirar un solo residuo y llevándoselo todo
de vuelta en el bolsillo. Los precios en el yacimiento son prohibitivos, por lo
que lo más recomendable es llevarse un pequeño bocata, fruta y agua para disfrutar
alegremente no solo de la Ciudad Perdida
de los Incas, sino también de la grandeza de las montañas y las selvas que
la rodean. Sumando todo, la cuenta le saldrá por un buen pico, aunque eso sí,
hay cosas que no tienen precio…
Por último, Si prefiere
que todo se lo den resuelto, en las numerosas agencias turísticas próximas a la
Plaza de Armas de Cuzco, encontrará
paquetes turísticos que incluyen la visita al Machu Picchu y una noche de hotel, en lo que allí se denomina “hotel
básico”, en Aguas Calientes desde 100
dólares americanos.
Ya lo creo que es la gallina... no pensaba que fuese tan caro el poder ir por esos lares. En fin habrá que conformarse con seguir subiendo al "abugaloso" de Sierra Madrona y Compañía.
ResponderEliminarExcelente reportaje amigo Anzaga
Jajajja.... Bueno, yo aún tengo pendiente el Abulagoso, tan cerca como lo tengo... En cualquier caso, el Machu Picchu se puede visitar, si se hacen buenas caminatas, por poco dinero...
ResponderEliminarAbrazos.
Hola amigo, buen trabajo. Permíteme una observación: las cosas SÍ tienen un precio, y lo de Machu Picchu es un exceso de difícil calificación. Haciendo un cálculo por encima, con una media de 2000 visitantes, se embolsan casi un millón de dólares cada cinco días (sólo bus+entrada). Cada vez que por la mañana ves subir un bus, son mil dólares para un trayecto de 25 minutos. ¿Está justificado por lo excepcional del lugar? En mi humilde opinión, no todo vale, ni todo tiene una justificación. Un saludo y gracias!
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