En un primer momento, al ver un gran insecto negro y patas rojas volando lentamente a mi lado, pensé que se trataba de alguna libélula o mosca cazadora con su presa.
Cuando se posó, pude comprobar con asombro, que se trataba de una avispa parásita con el oviscapto más grande que nunca había
visto. Como ya conocen, el oviscapto es una especie de “aguijón”, por
llamarlo de alguna forma, que tienen las hembras de algunos insectos, y que hunden con precisión en distintas superficies para introducir sus
huevos.
La avispa
parásita escorpión, Dolichomitus
imperator, que así se llama el ejemplar de las fotografías, tiene el
oviscapto tan largo como el resto del cuerpo, lo que viene a ser unos diez
centímetros en total . Buscan entre la madera muerta las larvas de escarabajos y
polillas, que viven en el interior de los troncos y ramas. Para acceder hasta ellas utilizan el larguísimo oviscapto que perfora poco a poco la madera hasta conseguir su
objetivo, depositar un huevo justo al lado de la larva que le servirá de alimento.
¡Cómo se las ingenian las avispas!
ResponderEliminarMuy interesante...
Bs
Benita