En la carretera que une las localidades albaceteñas de Ossa de Montiel y el Bonillo, próximas al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, encontramos uno de los sabinares más meridionales de Europa. Pocos podrían predecir la presencia de este singular paraje entre estas tierras pobres, por lo normal secas y de inviernos bastante fríos. Un lugar poco conocido por donde sobrevuelan las águilas imperiales o en estos meses de crudo invierno, los milanos reales.
La sabina albar, Juniperus thurifera, es una conífera de lento crecimiento y de agradable olor, por ello es también conocida como enebro de incienso. Desde antiguo, su madera se viene utilizando en carpintería y su resina con fines farmacéuticos y para la elaboración de perfumes.
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